Contra la mediocridad

El taller de creación teatral de la Alianza Francesa de Miami se sigue revelando intenso, misterioso, seductor, como una mujer que se desnudara en lo oscuro.

El teatro es un arte que parece limitar su ambición a ser el laboratorio de la conducta humana.

Un arte consagrado a la comprensión del tiempo y de los tiempos, que mezcla las historias más modernas con la Historia más antigua, comparándolas, confrontándolas, para que unas puedan alumbrarse con las otras, lo que no hace ningún otro arte.

Algunos de los raros invitados que han asistido a nuestro taller se interesaron en las lágrimas de los actores, a la relación entre interpretación y sentimentalismo.

Les conmovió la manera en que ciertos ejercicios fueron interpretados.

Cuando uno vive esa experiencia, comprende que en actuación lo que cuenta es estar conmovido como los personajes, y no por los personajes, sentimentalismo es una palabra que debe borrarse del vocabulario del actor.

Esos muchachos hablan de sus improvisaciones en términos de escritura escénica.

Para ellos improvisar es escribir en escena, sin embargo no escriben para el teatro sino por el teatro, obsesionados con producir y transmitir emoción.

Improvisar es contar con lo imprevisto, en teatro siempre puede pasar algo o llegar alguien.

Aquí se trata de explotar a fondo las pocas ventajas que tenemos sobre las otras artes: el teatro no está privado del gesto, como la novela; ni de la palabra, como la danza; no es estático como la pintura ni unidimensional como el cine.

El teatro respira, articula, proyecta, desafía y todo esto lo determina la interrelación con el público.

La relación con el público es lo que especifica la razón de ser de un espectáculo de improvisación: decidir si el teatro debe gustar o instruir, confortar o molestar, reproducir o denunciar.

En Miami no existe por el momento una compañía que se lance a escena en un espectáculo de pura improvisación.

Se sabe que a veces ser el primero es más importante que ser el mejor.

Por el momento estos muchachos se limitan a explorar con preguntas el campo de las consignas más sagradas del teatro:

"Cuando entres en escena no bloquees tu respiración: primero inspira, después bota todo el aire justo a la entrada, antes de volver a inspirar para decir el texto o hacer el movimiento que te corresponde".

De ahí sale una pregunta que la improvisación debe responder: ¿son los movimientos de los actores los que determinan el medio en el que actúan o es el medio (época, lugar) que determina los movimientos de los actores?

Hay mucha vis cómica en las mellizas Giraldo, son comediantes naturales que se darán a conocer muy pronto como bailarinas en el nuevo show "El Vacilón", los sábados por Mega TV.

Hay mucho misterio en Fabiola, que es seguramente una de las actrices más bellas de la ciudad y que se aleja de la trampa de la bella actriz en cada ejercicio que propone.

Hay mucha inteligencia en Alejandro, que ha vivido por el teatro toda su vida, que es la condición sine qua non para permitirle ahora vivir del teatro.

Hay muchas ganas en Yalis, que no quiere verse encasillada en el personaje de cubanaza caliente, y que interpretará en el Desayuno Alegre de Univisión un inesperado rol, con el que podrá demostrar su talento para la comedia.

Hay mucha ambición en Mayté, la nueva bomba sexual de "En casa de Carlos", el segmento estelar de "Pellízcame que estoy soñando", el show de las 9 pm de América TV; Mayté sabe que una actriz es una flor y que su brillantez dependerá de su jardinero, por eso se entrega difícilmente, dándole a su autoestima el valor que le corresponde.

De los otros no hablaré hoy.

Sólo decir que me siento afortunado de trabajar con gente que no tiene miedo de las dudas ni del ridículo, que es, para mí, la definición del actor.