Hoy voy a hablar de la influenza

Un fantasma recorre el mundo: y no me refiero al manifiesto comunista.

Hoy voy a hablar de la influenza, para decirlo con el César, el bueno, el peruano.

En Miami se conoce la influenza como fiebre porcina, y el comunismo como fiebre del puerco.

Es lo que los veterinarios llaman una patología de carácter ideológico.

¿Cuál será el efecto de la Influenza? ¿Estamos en peligro? ¿Se trata de una pandemia?

El mundo conocía el pan de flauta, el pan de Guajaibón y hasta la pandereta, pero no una pandemia.

Una pandemia es una enfermedad que cubre todo el planeta y afecta a todo el mundo.

La tierra nunca ha sido azotada por una pandemia, aunque sí por grandes epidemias:

La peste bubónica o peste de Justiniano, que no tiene nada que ver con el “Inglés sin barreras”, ni con los hombres que salen con hombres.

La peste negra, que, como su nombre no lo indica empezó por un blanco.

Porque hay que saber que los negros no tienen el monopolio de la peste.

La fiebre amarilla, que el primero que la contrajo no fue un chino.

El SIDA, que es la única enfermedad mortal que se puede evitar con un preservativo.

La fiebre tifoidea, que les debe dar la idea que es el tifus.

El cólera, que llevado al femenino, es una hija de nuestras frustraciones.

La viruela, o peste antonina, que es una enfermedad rolliza que surgió en el 41.

La china, que es un flagelo que se aloja en la alta cópula cubana.

El dengue, que azotó la baja cúpula cubana en los ochenta y nos llevó centenas de inocentes.

El cigarro, que es una epidemia que mata miles de personas cada día, pero que los fabricantes impiden que se invente una vacuna.

El oscurantismo, que es un virus que muta, lo mismo se parece a un cura predicando una religión, que a un brujo que te predice el futuro, pero que en realidad es una manipulación como otra cualquiera.

Por el momento a la influenza no se le puede dar un diagnóstico, lo mismo puede desaparecer en unas semanas, que expandirse y cubrir el mundo en los próximos meses.

Lo que podría traer como consecuencia varios millones de muertos.

Sería la primera vez en la historia que una epidemia mata más y más rápido que una guerra.

Yo no sufro este dolor como Yoshvani Medina.

Yo no me duelo ahora como artista, como hombre ni como simple ser vivo siquiera.

Yo no sufro este dolor como católico, como mahometano ni como ateo.

Hoy sufro solamente.

Si no me llamase Yoshvani Medina, también sufriría este mismo dolor.

Si no fuese artista, también lo sufriría.

Si no fuese hombre ni ser vivo siquiera, también lo sufriría.

Si no fuese católico, ateo ni mahometano, también lo sufriría.

Hoy sufro desde más abajo.

Hoy sufro solamente.