Monday, October 19, 2009

“Chamaco”: La novísima dramaturgia cubana planta bandera en Miami a ritmo de teatro repleto y standing ovation.


Da gusto ver un teatro repleto, aplaudiendo de pie unos actores que se lo jugaron todo a una sola carta, y que al final salieron engrandecidos, porque lo que no te mata te hace más fuerte.

Qué lejos está “Chamaco” de un teatro convencional, un teatro facilista, monotemático, profundamente burgués y poco riguroso, un teatro sin swing que pena por cualquier ciudad como un fantasma.

“Chamaco” es un tsunami silencioso y devastador, que acontece una vez por semana en Miami, convocando un par de centenas de espectadores que se la pasan con el impulso torvo y la pupila insomne.

“Chamaco” inquieta y seduce, cuestiona y denuncia, apunta y dispara y es el público de Miami quien cae a sus pies, agradecido.

El espectáculo es un éxito por vías naturales, o sea, por el imperfecto y doloroso camino de la concepción, sin anestésicos ni eufemismos.

Dice un axioma de esta profesión que quien pueda explicar el éxito de un espectáculo es capaz de repetirlo, yo creo que no hay fórmula para el éxito en teatro, porque un creador que vaya “al seguro” exime de su juego el riesgo y la sospecha, que son los componentes principales del hechizo.

No creo en las fórmulas, por innegables; ni en el azar, por etéreo; ni en el estilo porque es el plagio de uno mismo.

Creo en el ruido de la música que es un poco el encanto de “Chamaco”: una mezcla de bulla y concordancia, un sortilegio imperfecto, profundamente humano.

La imperfección que primero salta a la vista es el desbalance en el casting a nivel del fraseo y la entonación.

Si la dicción de Juan David Ferrer es justa, sin dejar de ser cubana, otros actores se aventuran en “cubaneos” disonantes, olvidando que el que habla en escena como en la calle desentona tanto como el que habla en la calle como si estuviera en escena.

Jóvenes actores: recuerden que en teatro no se trata de ser verdaderos sino verosímiles.

No soy partidario del ambiguo concepto de “acento neutro”, cuando éste busca parecerse a cierta nacionalidad, soy un defensor de la lengua castellana, que debe ser escrita y pronunciada con todas sus letras, lo que constituye el mayor enemigo del actor cubano.

En teatro no se grita, proyectar de golpe un transfer de resonadores hacia lo más alto de la cabeza puede dar un resultado sonoro más eficaz que un grito.

Lo más difícil para estos jóvenes actores es lidiar en una escena con el fraseo de Juan David, que les envía señales en una frecuencia completamente diferente a la que ellos están trasmitiendo, lo que los hace sonar, por momentos, terriblemente aficionados.

Otra imperfección que salta a la vista es toda la parte central de la escena, que es completamente “anti-jeu”, las sombras de los actores que entran por el centro delatan su presencia a contratiempo, robando la atención del público, y rompiendo la ilusión.

Sin embargo, ya la tela de araña de Alberto Sarraín está puesta en escena, y por los huequitos antes mencionados no se escurrirán los corazones del público.

La música, exquisita, es un plano aparte que insufla densidad y misterio a la atmósfera; la dama del parque, fantasmagórica y omnisciente, es un leit motif que cataliza la acción dramática, acentuando el suspenso y preparándonos para lo que vendrá.

El texto ha sido (des)montado en un sistema de gavetas que avanza cambiando los puntos de vista del narrador-actor, cuando esta maquinaria dramatúrgica arranca (unos treinta minutos después del comienzo), el ritmo se acelera, las escenas se suceden trepidantes, la acción se revela como en fuga de la pluma de Melo, que no es el mejor dialoguista del mundo, pero que estructura muy bien y sabe activar, al punto de que la obra carece de tercer acto dramático, pues termina en el clímax.

Al texto le sobra una escena: la del padre, el hijo y la “presencia” de Kárel, que no aporta nada nuevo; unas páginas del principio, donde la acción se dilata y el pulso le tiembla al dramaturgo para adentrarse en la poética del horror, y unas cuantas canciones, que al final rozan la monotonía, subrayando lo que ya se ha comprendido.

Sin embargo, estamos en presencia de un verdadero dramaturgo, de esos que dosifican las grandes tiradas con las escenas colectivas; de los que saben insinuar, de los que denuncian sin ceder a la histeria ni al panfleto; de los que emplazan la poesía lírica paralela a la curva de la intensidad dramática, en una figura cóncava, cerrada, como los muslos de un amante que se desea.

Uno de esos raros poetas escénicos que saben matar sin remordimiento, como el estilete del verdugo que con sus palabras esculpe el silencio.

La trampa bordada por Abel González Melo se traducirá en un universo voluptuoso e intimidante por la mano con varita de Sarraín.

Hacía falta un traductor capaz de transpolar al espacio lo que Melo había escrito en el papel, un lobo de mar del teatro que llevara el navío a buen puerto, imponiendo serenidad e imaginación, precisión y magia, y Alberto Sarraín se reveló el hombre de la situación.

Alberto Sarraín planta una puesta a la altura de cualquier escena nacional de Europa, de cualquier teatro de Broadway, brega con una escenografía a medio camino entre la grandilocuencia del teatro de gran formato y la exigüidad de espacios que evocan el enclaustramiento de personajes que parecen vivir en apnea.

Seguramente se le acabó el tiempo y no pudo dirigir mejor a sus actores más jóvenes, estoy seguro que sacará más matices a Tamara Melián y a Lian Cenzano en los días que vendrán, porque un director es un pedagogo, que siempre puede decirnos más sobre la materia que ha creado.

Si actuar es comprender, dirigir es traducir.

Alberto Sarraín triunfa con “Chamaco” gracias a su profundo trabajo de traducción del texto de Melo, y se sabe que no traduce bien quien no es capaz de crear lo que traduce.

Adrián Más surgirá de ninguna parte en la piel de un Karel Darín, protagonista por la ley de la dramaturgia que dice que un protagonista es aquel personaje que vive más conflicto.

Para este humilde servidor, el verdadero protagonista (en el sentido griego de actor jefe) del espectáculo es Juan David Ferrer, que dicta el tempo de la obra, utilizando todo lo que no se ve (silencios, transiciones, cambios de ritmos) y actuando de pívot en muchos momentos claves del espectáculo.

De sus enfrentamientos con Juan David Ferrer, Adrián Más saldrá airoso, un ojo experto pudiera calcular sus años de training como mimo y actor; su voz particular caracteriza un joven habanero, a la deriva entre su profesión de “pinguero” ajedrecista, su vocación de delincuente mediocre y su necesidad de encontrar en qué o en quién creer.

Algunas de las escenas de combate sonaron falsas, con patadas en el piso y gruñidos que raspaban el “ham acting”, sin embargo, hay muchos momentos en que los cuerpos se zafan de sus amarras interiores y se ponen a flotar en el espacio.

Juan David Ferrer y Adrián Más funden sus burbujas sin tirones, produciendo sutiles efectos de actualización, donde se grafica una pared a la que están recostados, se sugiere una sensación y hasta se descompone una acción física para trufarla de sentimiento(s).

Expectación general: cada espectador vive su homosexualidad a su manera, compartiéndola con la de los personajes que, a su manera, viven su espectador.

Personalmente, viví mi homosexualidad con el travesti La Paco, lo deseé, fantaseé con sus muslos y me introduje en su universo por el hueco de su boca.

Reconocí en Orlando Casín a muchos “viejos maricones” de mi vida, me reí como todo el mundo con su vis cómica excepcional, y comprendí que el experimentado actor fue mucho más eficaz cuando no enseñó su abanico de plumas.

El policía de Lyduán González tuvo momentos brillantes y otros de sobreactuación, muchos más los primeros que los segundos, en los momentos en que escondió su violencia lució mucho más violento.

Y es que el actor que esconde obliga al espectador a fantasear la información que falta.

A parte de quién uno es, de dónde viene, qué es lo que quiere, cuál es el medio para obtenerlo y sus obstáculos, un actor tiene que tener bien claro lo que esconde, y en los momentos en que Lyduán “cubanea”, caricaturiza.

Joven intérprete de excelente dicción, presencia y desplazamientos escénicos, Lyduán González aprenderá muy pronto a contener sus bríos, y enfrentará los roles que sus posibilidades le permiten ambicionar, a condición de que no olvide que el actor se proyecta en el espacio en forma de escritura escénica, y quien sobreactúa gestualmente comete un solecismo con el cuerpo.

Tamara Melián lució muy bien en la escena donde llega a la casa de Adrián Más, colocando su voz con precisión y entregando su cuerpo menudo, mientras sus cabellos negros se fundían con la humanidad de Más (con mayúscula), dándole plasticidad al momento.

El éxito de “Chamaco” prolongado durante varias semanas, su elevado porcentaje de concurrencia por noche, su alto nivel artístico, lo convierten en un espectáculo de referencia en este principio de temporada.

“Chamaco” es un poema dramático sobre la Cuba de hoy, tratado con una dimensión universal y bajo un ángulo inusitado.

Hay muy pocas cosas en la vida por las que vale la pena prostituirse por $30, cosas que te ponen el anhelo sagrado y te hacen dormir con el párpado abierto, “Chamaco” es una de ellas.

Monday, October 12, 2009

"Esta noche se improvisa", espectáculo de un nuevo género: la creación instantánea.




Decir que “Esta noche se improvisa” es un simple espectáculo de improvisación sería reductor.

“Esta noche se improvisa” es un espectáculo que se escribe en el espacio al mismo tiempo que va sucediendo, lo que lo conecta con las más actuales tendencias escénicas y dramatúrgicas.

Idear un espectáculo que se crea al mismo tiempo que sucede es un reto que han asumido algunos de los grandes nombres de la escena mundial, como los barceloneses LA FURA DELS BAUS, en su polémico espectáculo “Obit”, o los belgas LA FABRIQUE IMAGINAIRE, con su sorprendente “Voyage 1er épisode”.

Se trata de que el espectáculo tome forma de manera imprevista, comprometiendo al público gradualmente hasta que el final dependa de su decisión.

Los nudos dramáticos son sugeridos por los espectadores, hay remates que se convierten en running gags, y toppers que se convierten en ganchos, porque en cualquier momento el público o el árbitro pueden darle un nuevo impulso a la historia, cambiándole la época, la locación o el estilo, introduciendo o sustrayendo personajes e, incluso, desplazando la acción hacia la sala, donde público y actores se mezclan en una escena inesperada.

Los actores de “Esta noche se improvisa” ni son humoristas ni hacen humor, la risa está omnipresente en el espectáculo porque el ser humano adora reírse y el show presupone conectar las pulsiones más profundas de los actores y los espectadores.

Pero ante todo son actores actuando un espectáculo de teatro, un espectáculo de creación instantánea, donde están presentes las composiciones escénicas, las alegorías, los efectos de deconstrucción, la ironía dramática, la parodia, el teatro dentro del teatro, el monólogo, el soliloquio, el monólogo interior, el quiproquo y donde se tiene el pudor de no hacer alarde de la técnica.

La risa es quizás la pulsión más agradable que se pueda experimentar, de la misma manera que el sexo, no por azar el público ha pedido tanto sexo: desde temas que han tenido que ver con la masturbación, el sexo entre homosexuales, las escenas de recién casados en luna de miel, el sexo en impesantez en el espacio, y otras situaciones descabelladas que implican relaciones sexuales.

Pero el público también ha pedido dramatismo, y cada vez que ha habido una escena dramática, la intensidad emocional se ha disparado en la sala.

La última vez un espectador pidió una improvisación sobre el monólogo de la Luna, de Lorca, y Vivi Rubi propuso un monólogo interior apasionante, servido con acento andaluz y acompañado de unos lagrimones veraces, un momento de puro teatro.

El "binólogo" sobre el origen de las razas, hablado por Yesler de la Cruz y mimado por Orlando Arias, fue uno de los momentos más brillantes que se han vivido en el show; el público, dominado por la vis cómica de Yesler y el apoyo mímico de Orlando, se dejó llevar en una espiral de risas condicionada por la avalancha de gags visuales y verbales de los actores.

El momento donde el árbitro ordenó a los actores perforar la cuarta pared e ir a componer una orgía colectiva con el público fue un momento increíble de complicidad, resuelto de una manera sorprendente.

Se sabe que un espectáculo así es diferente cada noche, pero su estructura pudiera ser la misma, otra de las características de “Esta noche se improvisa” es que hasta su estructura cambia cada vez, lo que tiene el don de divertir el público y aterrorizar ciertos actores.

Los actores de “Esta noche se improvisa” han vivido tantas situaciones difíciles, se han visto confrontados a tantos temas imposibles, que ahora, mientras más peliaguda es la situación, más les excita el desafío.

Para actuar en ese espectáculo hay que estar niño de remate, hay que ser un kamikaze teatral, un terrorista escénico, hay que llevar esta profesión en la sangre como una bendición y no como un oficio.

Estos actores no se han equivocado en el proceso: primero hay que vivir para esto antes de querer vivir de esto, es la única manera de terminar viviendo de esto, sin perder el respeto y la admiración de un público que sabe bien la diferencia entre la magia y los trucos.

En la imagen, de izquierda a derecha: Vivi Rubi, Osvaldo Strongoli, Catalina Arenas y Gualberto González, foto Carolina Lorusso.

Sunday, October 11, 2009

“El Acompañamiento”, un texto sublime actuado por actores en estado de gracia.


Este sábado se estrenó en el Teatro América la obra “El Acompañamiento”, ante una escuálida concurrencia de apenas veinte personas.

Al final parecía que los aplausos eran los de una sala repleta, la standing ovation fue general, unísona, conmovedora.

Un señor del público, que no había venido al teatro en largo tiempo y que no conocía los actores, ni la obra, ni los dueños del teatro, dijo unas palabras elogiosas para el espectáculo, por un momento los espectadores parecieron quedarse en apnea ante la intensidad de las palabras del hombre, y otro aplauso sobrevino y otra muchacha se animó a poner palabras sobre los sentimientos y sensaciones que los actores le hicieron experimentar.

El dueño del teatro, traicionado por la emoción, perdió la voz al decir unas frases finales de agradecimiento al elenco.

Y es que los actores Gualberto González y Osvaldo Stróngoli estuvieron en estado de gracia, entregando un par de personajes a medio camino entre la parsimonia de Chéjov y ia interioridad de Tennessee Williams, con un poco del mejor humor argentino, de la mejor música argentina, del mejor teatro argentino.

La puesta en escena se rigió por el axioma de que la técnica es todo lo que no se ve, y la mayor parte del tiempo “El Acompañamiento” da la impresión de que no tiene puesta en escena, es un universo realista, que propicia y alimenta la ilusión.

Quizás los buches de las gárgaras de Tuco, a veces nos recuerden que no es la vida, quizás a Stróngoli se le escape en algún momento el centro de gravedad en la postura de su personaje, pero el noventa y nueve por ciento del tiempo uno tiene la impresión de estar asistiendo a un universo impresionantemente humano.

El texto de la obra es un camino trufado de minas, que explotarán una a una en el corazón de los espectadores, hasta aniquilarlos emocionalmente con el último efecto de puesta en evidencia, que funciona preciso y que los dejó con la boca abierta y los ojos inundados.

“El Acompañamiento” encontrará su público la próxima semana, con la condición de que éste se entere que una tal obra está en cartelera.

Para ello, el nuevo equipo del Teatro América tendrá que adentrase en la jungla del marketing y la comunicación, con el mismo entusiasmo y talento con que se han lanzado al vacío espacio de la escena, para decirlo con Peter Brook.

Ningún medio será eficaz ni suficiente si no se inserta en una táctica y estrategia definida con anticipación.

¿Qué quiere el Teatro América?

Para sobrevivir como establecimiento nocturno, le bastará con atraer cualquier tipo de público que quiera gastar su dinero a cambio de pasar su tiempo en un lugar acogedor y limpio.

Para triunfar en la escena de Miami e imponerse como un teatro de referencia, tendrá que salir a seducir un público capaz de comprender la programación del teatro.

Identificarse es comprender, y para que el público comprenda y se identifique con un teatro, éste debe tener una programación fácilmente legible, comprensible e identificable para con ese público.

El Teatro América tendrá que asumir la emulación con una profesión que sangra, pero que tiene valía, tradición y muchísimo deseo, en esta temporada 2009-10, que promete ser un crudo excepcional para el teatro de Miami.

Hay una gran diferencia entre emular y estar en competencia: emulan los que toman un camino juntos y se las arreglan para llegar a donde quieren lo más rápido posible sin que el éxito de uno dañe el éxito del otro (estoy seguro que el éxito de "Chamaco", en el Teatro Trail, sólo puede hacerle bien a nuestra profesión).

Están en competencia los dealers, los bares y las tiendas, el teatro no es una botica sino un templo, y el Teatro América sólo puede estar en competencia consigo mismo, sólo debe tener el objetivo de ser cada día mejor que él mismo.

Por el momento la programación del Teatro América es variada: los viernes, un espectáculo de creación instantánea: “Esta noche se improvisa”; los sábados y domingos, una comedia dramática: “El Acompañamiento”; los jueves, un programa de participación de talentos: “La noche de Adrián”.

A primera vista la programación tiene una lógica, por el momento su coherencia y eficacia no están demostradas, y tendrán que serlo en un futuro inmediato.

Una cosa es cierta, cuando Osvaldo Stróngoli, director de “El Acompañamiento”, salió del América feliz de su triunfo artístico y un poco decepcionado por la poca cantidad de público que vino a verlo, pasó delante del Teatro Trail y vio una multitud de espectadores que salían de ver la obra “Chamaco”.

Stróngoli debió preguntarse por qué “El Acompañamiento” no encontró su público desde la primera función, como lo hizo “Chamaco”.

La respuesta, señoras y señores, el Teatro América deberá encontrarla muy pronto, antes que los reflectores de los medios no se le enfoquen directamente y sin piedad.

Friday, October 9, 2009

Teatro América: ¿quién pagará los platos rotos?



El Teatro América pretende funcionar todos los días de la semana, proponiendo espectáculos artísticos y/o veladas culturales.

Hay una gran diferencia entre cultura y arte, si la cultura parece estar más cerca de la información, del conocimiento, el arte está indisolublemente ligado a la emoción.

La cultura suele ser un compendio de lo mejor de nuestro pasado, que tratamos de perpetuar en nuestro presente; el arte, aunque haya sido creado en el pasado, suele echar luz sobre nuestro aquí y ahora.

La programación del Teatro América está dirigida a todas las edades, a todas las nacionalidades, pero sería pecar de triunfalista pensar que todos los proyectos encontrarán su público al mismo tiempo, sin que nadie pague los inevitables platos rotos.

El regreso de Alfonso Cremata deberá traer al teatro la generación del exilio histórico, esos cubanos que durante cuatro décadas siguieron el trabajo del binomio Ugarte-Cremata, y que a la muerte del primero y el alejamiento de la escena del segundo, se replegaron en una posición de stand-by que hoy dura más de tres años.

No ha habido en Miami un teatrista, una compañía, un teatro, un proyecto escénico que haya sido tan consistente, prolífico y que haya atraído más público que el binomio Ugarte-Cremata, que compiló más de doscientas obras de teatro en 39 años de labor.

La estrategia del Teatro América es la de propiciar el reencuentro entre Cremata y su público, en la misma escena donde tantas veces triunfó “Cuca la balsera” y otros paradigmas del bufo de Miami, que tanto éxito y dinero le reportaron a sus creadores.

Las interrogantes son varias:

¿Podrá Alfonso Cremata igualar los números del binomio Ugarte-Cremata?

¿Tres años y medio es suficiente para enfriar el deseo de un público de reencontrar a su ídolo?

¿Se rodeará de actores experimentados y conocidos o escogerá un elenco de actores de su confianza, menos mediatizados?

¿Se adaptará a trabajar en equipo, con otros espectáculos y actores que deben coexistir en el Teatro América?

La respuesta la tendremos el 7 de noviembre, día del estreno de “Cornudo pero contento”, la nueva producción de Alfonso Cremata.

Por el momento Alfonso Cremata goza del status de carta de triunfo del América, y su regreso será sin dudas, un momento importante en la historia de la escena de Miami

Otro suceso mayor que trae el Teatro América es el regreso a las tablas de Ramoncito Veloz, el actor cubano protagonizará la comedia “Emergencias”, de Lázaro Rodríguez, bajo la dirección de la maestra Miriam Lezcano, una de las directoras de teatro más importantes de los últimos 30 años en Cuba.

El elenco lo completan actores de la talla de Orlando Casín, Denise Sánchez y Vladimir Escudero.

La producción liderada por Ramoncito Veloz tratará de conservar el público de Cremata, y de seducir a los cubanos `que llegaron más tarde y que siguieron a Ramoncito en Cuba por más de veinte años.

“Emergencias” trata de las vicisitudes que pueden vivirse en una sala de emergencias de un hospital en Cuba.

Si “La noche de Adrián Mesa” parece prometida al éxito, pues a cada velada dobla el número de espectadores, no es menos cierto que el triunfo por el momento está circunscrito a la comunidad cubana de Miami, y a un target que oscila mayormente entre 40 y 60 años.

El objetivo del espectáculo es llenar el teatro, con los espectadores que vengan, no importa cuál sea su edad ni su país de origen.

Pero por sobre el objetivo de un espectáculo deberá ponerse el objetivo del Teatro América, que tiene interés en seducir a un público lo más general posible, pues todo sectarismo pudiera resultar reductor.

Y es que Miami ha cambiado, hay que contar con un público de otras nacionalidades, un público que también es inteligente, cultivado, amante del buen humor, que tiene poder adquisitivo y costumbre de ir al teatro.

Es importante proponer espectáculos cuya dimensión universal internacionalice el target, y vaya a seducir un público de 18 a 39 años.

Por el momento esta responsabilidad recae sobre “Esta noche se improvisa”, el show de improvisaciones que ha encontrado un público joven e internacional gracias al lanzamiento de nuevas caras, llenas de talento, que han sabido sorprender, divertir y conmover la centena de espectadores que han acudido como promedio por velada.

Otro espectáculo hermoso y universal, de alto vuelo artístico y elenco internacional es la comedia dramática “El Acompañamiento”, de Carlos Gorostiza, que se estrenará este sábado, diez de octubre, con las actuaciones del uruguayo-argentino Gualberto González y el chileno argentino Osvaldo Strongoli, y bajo la dirección del propio Strongoli.

La comunidad sudamericana podrá venir a apoyar uno de los textos más bellos de la dramaturgia contemporánea argentina.

Y es que el Teatro América debe ser un epicentro del teatro en la ciudad, un epicentro a la imagen de la ciudad misma: internacional y para todas las edades.

El teatro para niños se avizora como el próximo caballo de batalla del América, ya hay varios talentos preparándose para el lanzamiento de la temporada de teatro infantil, entre ellos Rita Rosa, recientemente nominada al Grammy latino, Eddy Díaz Souza, dramaturgo y director, y el equipo de “Don Quijote” y “Los tres mosqueteros”, que girara por una veintena de ciudades norteamericanas a principios de año.

El próximo desafío del América será la preparación de los espectáculos en segunda parte de la noche, o sea, los shows que comienzan a las 11 pm, después de las obras de teatro.

Para ello se está hilvanando un programa con grandes intérpretes y performers (cantantes, humoristas, bailarinas, show-men) que estarán en cartelera en unos días.

Actualmente se encuentra en preparación un show, a medio camino entre un music hall y un cabaret, que habla de la cara oculta de la bailarina, un espectáculo conmovedor, donde estética y erotismo sirven el espacio para que varias mujeres y hombres del espectáculo revelen sus secretos más íntimos.

Este show será escrito y dirigido por quien redacta estas líneas y marcará el regreso a la escena del coreógrafo y diseñador Carlos A. Rodríguez, quien dirigiera las producciones del famoso cabaret "Copacabana" de Miami durante varios años.

El alto mando del Teatro América está consciente de que una tal empresa necesita tiempo, por el momento el sortilegio ha prendido, y si hoy, “Esta noche se improvisa” vuelve a atraer un público entusiasta e internacional, donde se codeen los jóvenes de setenta y ochenta años con los más jóvenes de 18, estaremos confirmando lo que todos esperamos en Miami.

Hoy en el Teatro América:

“Esta noche se improvisa”, enfrentamiento entre los equipos “Disparejas” (Vivi Rubi, Venezuela & Catalina Arenas, Colombia) “Los Renegados de Hialeah” (Jessica Álvarez Diéguez, Argentina & Alejandro Vales, Argentina) y “Los Caminantes del Espacio” (Yesler de la Cruz, Cuba & Orlando Arias, Colombia).

Un espectáculo interactivo, concebido y arbitrado por Yoshvani Medina.

Servicio de tapas, vinos y tragos fuertes. Entrada $ 15 lunetas ($25 VIP)

Mañana en el Teatro América:

Estreno de la obra “El Acompañamiento”, de Carlos Gorostiza, con las actuaciones de Gualberto González y Osvaldo Strongoli, dirección Osvaldo Strongoli.

Servicio de tapas, vinos y tragos fuertes. Entrada $20 lunetas ($25 VIP)

Reservaciones:

www.teatroamerica.com 305 381 5116


En la imagen: "Esta noches se improvisa", equipo "Putativos" (Gualberto González y Catalina Arenas), foto carolina Lorusso.

Thursday, October 8, 2009

El Teatro América lanza oficialmente su temporada 2009-10


El Teatro América inicia su temporada oficial 2009-10 esta semana, después de un mes de pretemporada donde se presentaron varios de los espectáculos, intérpretes y creadores que estarán en cartelera a lo largo del año.

La sorpresa de la pre-temporada fue el espectáculo “Esta noche se improvisa”, que tuvo como promedio la centena de espectadores por velada, y que trajo al teatro un público de diferentes edades y países que no paró de divertirse ni de sorprenderse.

Los jueves, a las 8 pm, ya es un éxito “La noche de talentos de Adrián Mesa”, donde se dan cita personas con deseos de imponerse como intérpretes, músicos, poetas, escritores, actores, y que se suben a la escena del Teatro América para mostrar sus habilidades delante de un verdadero público, en un verdadero teatro, en un show conducido por una de las voces más populares de Miami.

Este viernes a las 8 pm “Esta noche se improvisa” tendrá la tarea de confirmar su éxito de pre-temporada, actuando delante un público que esta vez pagará $15 la entrada ($25 los asientos VIP).

Para este viernes se han dado cita actores que a lo largo de la temporada fascinaron con su velocidad de reacción y su facilidad para improvisar tanto en el registro cómico como en el dramático.

“Los renegados de Hialeah” (Jessica Ålvarez Diéguez y Alejandro Damián Vales), que causaron sensación la semana pasada, desplegando toda su vis-cómica e imaginación cultivadas a lo largo de una carrera artística de veinte años.

Vivi Rubi, la consentida del público de “Esta noche se improvisa”, y Catalina Arenas, bomba colombiana que ya ha explotado en dos precedentes ediciones del show, han decidido hacer equipo, ante la ausencia de Osvaldo Strongoli y Gualberto González, sus habituales cómplices, que esa noche estarán ocupados a la víspera del estreno de otro espectáculo, utilizarán esta vez la magia femenina para imponerse.

Y “Los caminantes del espacio”, lidereado por el actor cubano Yesler de la Cruz, que ha impresionado en sus dos primeras presentaciones, y que este viernes vendrá acompañado del actor colombiano Orlando Arias, clown, comediante y Profesor de Arte Dramático en el sistema universitario norteamericano.

El sábado a las 8 pm y el domingo a las 5 pm estará en cartelera una obra de teatro sublime: “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza, con las actuaciones de Gualberto González y Osvaldo Strongoli, puesta en escena y dirección del propio Strongoli.

La obra fue elegida para abrir la temporada del América tras el impacto que tuvo su lectura durante el período de pre-temporada.

El texto es una joya de la dramaturgia contemporánea argentina, y las actuaciones del uruguayo –argentino Gualberto González y del chileno-argentino Osvaldo Strongoli son ejemplares.

Dentro de unas semanas comenzará la temporada de teatro infantil “Miami go el teatro”, con el estreno en Miami de la versión de “Don Quixote”, en inglés, que a principios de año girara por una veintena de ciudades americanas, producida por Hispanic Flamenco Ballet y dirigida por quien escribe estas líneas.

Seguirán otras obras de importantes autores del patio, que podrán ver sus creaciones montadas en el América, entre las personalidades con las que el teatro está en contacto destacan el dramaturgo y director Eddy Díaz Souza y la compositora y cantante Rita Rosa, nominada al Grammy por su nuevo disco para niños.

Otros conciertos y peñas irán integrándose al programa del América a lo largo de este mes, el teatro ha tratado de entrar en contacto con figuras reconocidas de la escena del patio (Mirtha Medina, Lena, Marcelino Valdés), y en los próximos días sabremos más al respecto.

Lo que está confirmado es el regreso del teatrista más exitoso del siglo XX en Miami.

Alfonso Cremata, que creara con Salvador Ugarte, su cómplice de siempre, más de doscientas obras de teatro entre 1967 y 2006, estará presentando su nuevo espectáculo “Cornudo pero contento”, para deleite de un público histórico que lo siguió durante cuatro décadas y un público nuevo que lo descubrirá después de tres años de ausencia.

Cremata anestesió literalmente la audiencia de “Esta noche se improvisa”, el pasado viernes, al hacer una aparición especial en solo y después incorporarse a las difíciles improvisaciones con una maestría rara y genuina, la standing ovation que recibió “es el mejor regalo de bienvenida que me puedan hacer”, dijo el ser humano, con los ojos llenos de lágrimas.

Otro espectáculo que llega con credenciales de alto nivel es “Emergencias”, de Lázaro Rodríguez, que marca el regreso a las tablas de una gran estrella de la televisión y el teatro cubano: Ramoncito Veloz, quien lideará un elenco de primera línea integrado por Orlando Casín, Denise Sánchez (la popular monja de Alexis Valdés) y Vladimir Escudero.

“Emergencias” marcado con el signo del regreso, nos trae el primer trabajo en Estados Unidos de una de las directoras más importantes de los últimos treinta años en Cuba, la maestra Miriam Lezcano, que llegó a Miami el año pasado.

Esta producción subirá a escena el próximo 7 de noviembre, a las 8 pm.

Otras veladas artísticas se están poniendo en práctica paulatinamente en el Teatro América, que tiene el humilde objetivo de unir lo mejor de la creación artística de Miami, con espectáculos de alto nivel artístico, donde se codeen diferentes generaciones y nacionalidades.

En la imagen: "Esta noche se improvisa" Jose Luis Navas y Catalina Arenas, foto Carolina Lorusso.

Sunday, October 4, 2009

"Esta noche se improvisa", una cuestión de actitud.


Sería iluso pensar que todo el que se tira al vacío desde un avión a diez mil pies de altura puede salir indemne.

Si actores como Vivi Rubi, Osvaldo Strongoli, Yesler de la Cruz, José Luis Navas, Gualberto González o Catalina Arenas han brillado en "Esta noche se improvisa", otros han sido menos espontáneos, menos eficaces.

Y el público detecta inmediatamente los desperfectos, ese público educado, benevolente y cooperativo que viene a "Esta noche se improvisa" dispuesto a hacer su parte en el hechizo, pero no a fingir risas ni aplausos.

Anoche varios factores influyeron en contra del espectáculo, en primera la anulación del equipo "Las curvas de Grotowski", integrado por el actor cubano Miguel Paneke y el mimo, bailarín y showman Rubén Romeu.

Suele ser fatídico cuando un actor se inscribe para actuar en "Esta noche se improvisa" por embullo, porque asistió a un espectáculo soberbio en el que le gustaría actuar, sin calcular las posibilidades reales que tiene para prepararse, para montar la coreografía de presentación de un minuto, para avisarle a su gente que actuará.

Los que se inscriben por convicción toman su gesto como un desafío, los equipos se preparan, buscan un nombre rápidamente, encuentran la manera de anunciarse, de hacer saber que estarán listos para la cita.

Es una cuestión de actitud, y esto es una condición necesaria pero no suficiente para triunfar en "Esta noche se improvisa".

Cuando un equipo está bien conectado, bien entrenado, improvisar parece fácil, y es que la técnica es todo lo que no se ve.

Nadie imagina las sesiones de entrenamiento a las que se somete un improvisador, los siguientes artículos dan fé de los entrenamientos draconianos que precedieron al nacimineto de "Esta noche se improvisa".

http://yoshvani.blogspot.com/2009/07/cuando-el-talento-se-pone-prueba-curso.html
http://yoshvani.blogspot.com/2009/07/contra-la-mediocridad.html
http://yoshvani.blogspot.com/2009/07/ecos-del-taller-de-creacion-teatral-en.html
http://yoshvani.blogspot.com/2009/08/la-muerte-sonrojada.html
http://yoshvani.blogspot.com/2009/08/la-interpretacion-es-un-plato-que-se.html
http://yoshvani.blogspot.com/2009/08/ninos-kamikazes-se-explotan-en-escena.html

Cuando uno lee estos artículos quizás comprenda la formidable transformación de Yesler de la Cruz, joven actor que no había gozado hasta ahora de un status protagónico, pero que ha tenido dos magníficas actuaciones en "Esta noche se improvisa".

Es el mismo caso para Osvaldo Strongoli y Vivi Rubi, el equipo que más impacto ha tenido en el público, no solamente por su vis-cómica y su espontaneidad, sino por el tiempo que llevan trabajando juntos.

Pero regresemos a anoche, y tratemos de comprender por qué, a pesar de haber habido en escena un equipo fenomenal ("Los renegados de Hialeah", integrado por Alejandro Vales y Jéssica Alvarez Diéguez, que no son otros que los miembros del conocido dúo de clowns argentinos "Enriqueta y Agapito") el espectáculo no tuvo la fuerza de sus dos anteriores ediciones.

En boxeo, en fútbol o en amores, para hacer una buena performance hay que ser dos, dos equipos que tienen el mismo nivel, el mismo deseo.

Anoche hubo un sólo equipo sobre la escena del América, el entusiasmo y las ganas de actuar no le bastaron a César Mite.

Nicky Machado nunca había asistido ni como espectador al espectáculo, César le había explicado el principio de funcionamiento de la velada, pero en cuanto entró en escena comprendió que su español no le iba a alcanzar, y que su relación con César era inconexa.

Se puede improvisar sin conocer bien la lengua en la que se improvisa, con la condición de no poner en el habla el peso de la improvisación, a fin de cuentas una imagen vale mil palabras, dijo Hitchcock.

César y Nicky tuvieron sus buenos momentos, ya los veremos en los videos grabados por Pablo Arriola que aparecerán dentro de poco, pero en general no estuvieron a la altura que un tal espectáculo exige.

"Los renegados de Hialeah" desde el principio dispararon la presión en la sala, encontrando inmediatamente la complicidad con un público que siempre estuvo en comunión con ellos.

Jessica es una verdadera bomba escénica, que explota ininterrumpidamente, que saca el máximo de hilaridad a cada situación utilizando tanto los gags físicos, los juegos de palabras, los quiproquos, las peripecias, el absurdo, y que está en constante conexión con su cómplice Alejandro, que no duda en aventurarse en imitaciones, perforar la cuarta pared e ir a prolongar el aquelarre escénico más allá del proscenio.

Si Vivi Rubi y Strongoli basan su magia en el teatro puro, produciendo elegantes efectos y prohibiéndose las malas palabras; Jessica y Alejandro son un terremoto que a veces raya lo soez, pero anoche, hasta las obscenidades sonaron justas, quizás atenuadas por el magnífico acento argentino.

Este viernes será el opening del Teatro América, y a partir del próximo viernes "Esta noche se improvisa" costará $15, pueden estar seguros que subirán a escena esos que de verdad puedan tirarse de un avión, a diez mil pies, sin paracaídas, y salir indemnes.

*En la imagen: Un momento sublime de la segunda edición de "Esta noche se improvisa" (El velorio cubano), de izquierda a derecha Vivi Rubi (Venezuela), Yesler de la cruz (Cuba), Gualberto González (Uruguay-Argentina) y Catalina Arenas (Colombia).
Foto: Carolina Lorusso.