Thursday, August 27, 2009

Ser actor o no ser


Yesler de la Cruz no es aún un actor estrella de Miami.

No cobra entre $300 y $500 por actuar una noche en uno de los teatros de la ciudad, no aparece en las telenovelas defendiendo lánguidos papeles de galán, su nombre no se alude en los programas de farándula, no ha actuado aún en el Festival Internacional de Teatro de Miami.

Su energía, tiempo y dinero están consagrados a perfeccionar su técnica de actor, sus conocimientos de la Historia del Teatro, de la Dramaturgia, del Arte de la Puesta en Escena.

Se entrena al menos seis horas por semana, lee todo lo que le caiga en las manos, y ya es un nombre conocido entre los teatreros que saben que un actor de veintiséis años, con técnica, es una perla rara en cualquier teatro del mundo.

Yesler de la Cruz está convencido de que en esta profesión no existen los hombres cultivados, sino los hombres que se cultivan, él será un teatrero completo o no será.

Por el momento trabaja duramente su dicción, explora las transiciones inherentes a su centro de gravedad, repasa sus desplazamientos escénicos para que sean trazos en el espacio, trazos limpios, llenos de sentido.

Su cuerpo es el de un modelo de pasarela (6’ 3” por 160 libras), su voz grave y cálida resuena en cualquier escena, llamando la atención del que escucha.

Su experiencia crece en cada entrenamiento, en cada película independiente en la que colabora, en cada obra de teatro en la que participa.

A principios de este año interpretó el rol protagónico de D’Artagnan, en “The three musketeers”, de Dumas, producida por el Hispanic Flamenco Ballet, con quien giró por una veintena de ciudades americanas.

Al mismo tiempo, actuó en “Don Quixote”, de Cervantes, en la misma gira, del mismo productor; fueron cuarenta funciones que lo pusieron a la altura de los actores que más han trabajado este año en Miami.

Sin contar las horas de ensayos inherentes a estas producciones, ni las sesenta horas de training de actor en el último trimestre.

Como si fuera poco, el director Juan Roca lo ha llamado para integrar el elenco de actores que repondrá el espectáculo “Bernarda”, que se presentó con éxito la temporada pasada, y que estará en cartelera a partir del 5 de septiembre en el Teatro Abanico.

Esta vez interpretará Angustias, uno de los personajes más interesantes de la obra maestra de Lorca.

Lenta y seguramente, Yesler se forja su camino, se le puede ver por las calles de la ciudad con sus cabellos hirsutos y su bolsa al hombro, una bolsa donde lleva los sueños, donde echa lo aprendido para que se transforme en felicidad.

Friday, August 14, 2009

Ni heroínes ni marijuanes


Miami está revuelto, Juanes lo ha virado al revés.

La mayoría de los veteranos músicos cubanos de Miami están indignados, no paran de gritar que a ellos no los dejan entrar en Cuba, razón que les parece más que suficiente para condenar el concierto del colombiano.

Willy Chirino, que quería dar un concierto en Cuba hace unos meses, está que arde; Carlos Oliva, mucho menos conocido por el gran público, pero muy popular entre la vieja guardia, acusa a Juanes de comunista; Paquito d’ Rivera publicó una aguerrida carta abierta en Internet titulada “La música puede esperar”; Arturo Sandoval, más moderado, le ofrece al colombiano el beneficio de la duda.

Por su parte, Amaury Gutiérrez coincide con la generación de los históricos en cuanto al tono indignado de sus declaraciones: “no les daré el gusto de pedir una visa para entrar a cantar en mi país”.

La mayoría de los artistas cubanos más jóvenes guardan silencio, como si aún no tuvieran la edad para opinar sobre las cosas de los mayores.

Aunque algunos ya han empezado a balbucear, Germán Pinelli, director de los Tres de la Habana, que llegó de Cuba el año pasado, dijo en una entrevista a la agencia EFE que apoyaba el concierto de Juanes, antes de retractarse horas después, en vivo, en el programa de Oscar Haza, el prime-time de más audiencia entre los cubanos de Miami.

Quizás Pinelli, en el momento de la verdad, pensó que se le pudiera boicotear la gira que su grupo tiene prevista por más de veinte ciudades americanas.

Son los viejos reflejos de Cuba, no se le puede echar en cara a un músico como Germán Pinelli, que vivió toda su vida bajo la bota del comunismo, de haber sentido inhibición ante la mirada de Oscar Haza, que representa la de la extrema derecha de Miami, la mirada, no la bota.

La mayoría de los latinos de la ciudad piensan que el concierto debe darse, lo prueban los sondeos en los programas de farándula que proliferan en cada canal de televisión.

El de Pinelli es el mismo miedo de Juanes: a una censura, una represión brutal de sus discos.

No sería la primera vez que un artista latino sufriera presiones en Miami por haberse puesto en relación con La Habana.

Con el poder en La Habana, porque se sabe, y en esta historia nadie peca de ingenuo, que para dar un concierto donde se reunirán miles de personas en La Habana, hay que pedir permiso al poder… de La Habana.

Dicho sea de paso, en cualquier ciudad del mundo donde se organice un concierto con miles personas hay que pedir un permiso al poder de la ciudad.

El problema es que en Miami, hay una histórica corriente de pensamiento que considera que pedir permiso al gobierno de Cuba es legitimarlo.

Hay otros que piensan que se legitima más el gobierno de Cuba dedicándole a lo largo del día programas de radio y televisión, noticieros y artículos periodísticos.

Otros piensan que ése es el medio de lucha que le queda a los partidarios del exilio histórico: denunciar y criticar desde Miami las jugadas del régimen de La Habana.

En medio de este paisaje surge la iniciativa de Juanes de hacer su concierto por la paz.

La jugada de Juanes es muy fina, si los del exilio histórico no parecen tener otro objetivo que protestar con los mismos argumentos de hace 50 años, lo que hay al final de la apuesta de Juanes es el Premio Nobel de la Paz.

Si los artistas de la Isla, que no tienen un pelo de ingenuos y que, más allá de su ideología, tienen inteligencia, se abren a un discurso de paz y tolerancia, no sólo pondrán en mala posición a los del exilio histórico, sino que darían a Juanes el crédito del comienzo de una apertura que pudiera ser irreversible, el próximo paso sería un concierto de esos cubanos en Miami.

Un concierto al que invitarían a todos los que hoy están indignados, dejándoles como opción cambiar de posición y venir a tocar con ellos por la paz, o seguir en la posición actual y dejar pasar el histórico tren de la reconciliación.

Pase lo que pase, el gran beneficiario de esta situación será Juanes, quien, a pesar de sus miedos y alguna torpeza que haya podido cometer, nos prueba que ser el primero es más importante que ser el mejor.

La lucha entre el poder de La Habana y el exilio de Miami ha sido larga, lo que en 50 años no se logró con bloqueo y guerra fría, se pudiera ganar en unos meses, con respeto e inteligencia.

Wednesday, August 12, 2009

La muerte sonrojada



Faltaban cinco minutos para el final de la sesión, Yes de la Cruz y Fabiola acababan de terminar el último ejercicio.

Había sido una escena muy física, violenta, el personaje de Yes (un extraño joven, mitad niño mitad tonto, que buscaba a su amiga a quien llamaba “Princesa”) había violado al de Fabiola (una joven taciturna que se defendió uñas y dientes, pero que no pudo evitar lo peor), Princesa se había quedado arrodillada en escena, sus largos cabellos negros ocultándole el rostro, sollozando.

Súbitamente, con una transición radical que los hizo salir de sus personajes, pero no de situación, el joven le preguntó a la muchacha si le había gustado, ella respondió que no, entonces el muchacho le dijo: ¿Lo hacemos otra vez?, a lo que la chica contestó asintiendo: “Pero esta vez lo haremos por atrás”.

Faltaban cinco minutos para el final del curso, todos comprendimos que Yes de la Cruz y Fabiola acababan de terminar el último ejercicio, pero nadie osó mover un dedo, nos quedamos así, en apnea, sin aplaudir ni decir palabra, hasta que Yas exclamó: ¡Espectacular!

Los aplausos resonaron franca, entusiastamente, y fueron el colofón de una sesión en la que también brillaron Adidi, Alejandro y Yasbleidy.

Se trataba del ejercicio “El teatro que me gustaría hacer”.

Se trabajaba por pareja, cada equipo debía preparar una escena que se inscribiera en el registro del teatro que le gustaría hacer.

Las técnicas que hemos explorado en este tiempo debían ser utilizadas: resonadores, dicción que acentúe las consonantes explosivas, escritura en el espacio, noción de positivo y negativo, planos, actividad, centro de gravedad, progresión dramática, clímax, objetivo del personaje, medio, obstáculos, conflicto, emoción…

En el ejercicio de Alejandro y Adidi, la joven israelita interpretaba la Muerte, mientras que el clown argentino encarnaba un bohemio, amante de la vida, cuyo objetivo era evitar que la muerte se lo llevara.

De entrada, la relación personaje-objetivo-obstáculo era clara: y el medio que empleó el protagonista para lograr su objetivo se reveló de una eficacia hilarante.

Burlar a la Muerte es un objetivo más que difícil, sobre todo si es una Muerte como la de Adidi: cínica, elocuente, implacable.

Alejandro puso ironía donde Adidi puso cinismo; se defendió con silencio ante el don de la palabra de la joven; y contraatacó con ingenio hasta encontrarle el lado débil a la Muerte.

“Estoy seguro que te gustaría que te tocara las tetas”, la réplica salió seca, bien articulada, y Adidi se tambaleó un segundo, las risas inundaron la sala en un turbión.

Pero lo mejor, el clímax del ejercicio, aún estaba por venir, fue una réplica de Alejandro, una estocada aniquiladora: “Lo que vos necesitás es una buena cogida”.

La Muerte se sonrojó, y le dijo que no tenía muchas ganas de discutir estupideces, que finalmente hoy no era ni el día de su muerte, y se alejó con el orgullo del que sabe que ha perdido una batalla, pero que la guerra tiene la suerte echada.

Adidi supo perder, y eso la hizo brillar.

Saber perder, saber morir en teatro, es con frecuencia sinónimo de inmortalidad, el repertorio está lleno de héroes y antihéroes que mueren y/o pierden.

Es lo que en Dramaturgia se llama obtener una respuesta dramática negativa.

De la misma manera que la obtienen personajes como Cyrano (Cyrano de Bergerac, de Edmond de Rostand), Romeo (Romeo y Julieta, de William Shakespeare) o Vladimir y Estragón (Esperando a Godot, de Samuel Beckett).

Mención aparte para la performance de Yasbleydi en el ejercicio con Yalis.

Yasbleydi utilizó su memoria emocional entregando una larga tirada, en la que un rezo a su ángel de la guarda se mezclaba con el discurso más conmovedor sobre una joven engañada por un vidente.

Yasbleydi dejó venir las lágrimas, sin que éstas se convirtieran en un obstáculo para su interpretación, y el resultado fue enternecedor.

En la primera parte de la sesión habíamos leído la nueva obra del cubano Ulises Cala, dramaturgo que se inserta en las tendencias más actuales de la escritura postdramática.

Difícil imaginar una obra sin personajes, sin título, sin didascalias, sin signos de puntuación, pero se sabe que después de Peter Handke y Heiner Muller todo es posible, y la obra de Ulises fue seguida con atención por unos actores que al final votaron contra.

Yes de la Cruz adoró la obra, poniéndola en el sitial de sus cosas aprendidas este año, al lado de la magnífica “Las facultades” del dramaturgo portoriqueño Aravind Enrique Adyanthaya.

Fabiola confesó que éste era el teatro que le interesaba hacer: algo que sobrecoja, en lo que se apueste a un éxito total o a un fracaso mayúsculo.

Alejandro encontró la obra totalmente depresiva, gris, aunque reconoció el ingenio y la fuerza dramática del autor.

Las muchachas del grupo, con esa sabiduría inherente a la mujer, consideraron que quizás debiéramos empezar con un espectáculo más legible.

Fue una sesión intensa, en la que el tiempo se nos acabó justo cuando el hierro de la imaginación estaba al rojo vivo.

Friday, August 7, 2009

La interpretación es un plato que se sirve frío para que el público se lo coma caliente.



Anoche hubo una hemorragia de emoción en el taller de creación teatral de la Alianza Francesa de Miami.

¿Qué es lo que puede hacer que una actriz, que está ahí desde el principio, estalle en lágrimas en el medio de un ejercicio?

¿Cuál es el sortilegio que nos mantiene la carne de gallina durante un ejercicio colectivo como “La frase de mi vida”, que dura más de diez minutos?

Si el punto cero del actor equivale al cero en los números naturales, ¿cómo estos actores pueden “cambiar” de punto cero, con una transformación casi imperceptible para el ojo humano?

Esta vez no estamos hablando de fantasía ni de imaginación, tampoco estamos descubriendo nada nuevo, hay que ser verdaderamente inculto para pretender descubrir algo nuevo en arte; estamos hablando del resultado de un trabajo personal, interior, subjetivo, y al mismo tiempo eficaz, y fácilmente verificable.

Estamos hablando de los píxeles en la pantalla del actor.

Mientras más píxeles tenga una pantalla, más nítida será su imagen; mientras más elementos tenga un actor para construir su personaje (centro de gravedad, estado, color, resonador, etc); más orgánico y preciso será su resultado interpretativo.

Las frases estallaron en la sala como latigazos, algunas parecían salir directamente de una novela de García Márquez, otras de las entrañas de una pesadilla:

“Åmala, ámala mucho, si no la amas tú, ¿quién más la volverá a amar? (Fabiola).

”Los niños juegan con los niños y las niñas con las niñas. Los niños no juegan con las niñas”. (Yes de la Cruz).

“¿Cuál de las dos es adoptada?” (Adidi).

“¿Para qué? ¿Para que se muera de hambre como ustedes dos?” (Mid).

“Siembra un árbol de naranjas y recibirás manzanas” (Yasbleydi).

“Cuídense mucho”. (Carolina).

“Yo no sé hacer otra cosa en la vida que no sea robar” (Alejandro).

Frases de seres queridos justo antes de morir, frases cínicas de verdugos que causaron heridas profundas, frases de amor, de horror, irónicas frases, la mayoría alejadas en el tiempo, pero que resuenan aún en las conciencias.

El trabajo del actor tiene que ser un trabajo conciente, es un mito eso de caer en trance y ser otra persona el lapso de una obra de teatro, al igual que es un mito la inspiración en los intérpretes.

La noción de inspiración se resquebraja ante la noción de disciplina y de trabajo riguroso y (con) centrado.

Un actor no actúa con el corazón, sino con la cabeza.

La interpretación es un plato que se sirve frío para que el público se lo coma caliente.

Un actor no puede estar perturbado por sus sentimientos, porque entonces no puede servirse de ellos para su interpretación.

Eso le pasó a Mid en el ejercicio que siguió: “Titanic”.

“Titanic” es uno de los ejercicios insignias de la casa, de la misma manera que lo es “Cartas de amor” o “La consulta psiquiátrica”.

El grupo de actores se desplaza en el espacio en punto cero, a una señal del director todos se miran a los ojos buscando la persona ideal para un abrazo, una vez detectada la persona, los dos actores se acercan y se funden en el más humano de los abrazos.

Han habido abrazos de leyenda en nuestro taller, recuerdo uno entre Osvaldo Strongolli y Nicole Pesce, que duró una eternidad y terminó de la más intensa de las maneras.

Pues ayer pasó algo inusitado: Mid y Alejandro se miraron y, cuando fueron a abrazarse, algo pasó en Mid que la paralizó.

Alejandro se dio cuenta que la pequeña colombiana sensual de ojos angelicales lo miraba con repulsión, casi con odio, y comprendió que Mid, aunque lo estaba mirando a él, estaba viendo a otra persona.

El ejercicio fue profundamente conmovedor, un modelo del género, pero no era “Titanic”.

El objetivo había sido malogrado porque se trataba de abrazar, no de aborrecer.

Cada actor tiene un objetivo y sólo uno a cada momento de su cadena de acciones, y no puede ser desconcentrado por sentimientos o recuerdos que vengan a perturbar este objetivo.

Mid pasó de mujer que venía a dar un abrazo a mujer que reconoce su verdugo, su transición fue absolutamente verosímil y elocuente, y le hizo comprender, a falta de cumplir su objetivo, que todo lo importante del actor sucede en su cabeza, el corazón es muy frágil para inmiscuirlo en ese infierno.

La segunda parte del taller fue el trabajo en escena con “Disturbios en la fábrica”, de Harold Pinter.

Se trabajó en dos equipos, bajo la dirección de Yes de la Cruz y Alejandro.

Se sabe lo puntilloso que era Pinter con sus textos, le gustaba que se interpretaran como los había escrito.

Cuando Carolina vio el ejercicio de las mellizas Giraldo, dirigido por Yes de la Cruz, no pudo impedirse de decir: Harold Pinter debe estar removiéndose en su tumba.

La puesta en espacio de Yesler desvirtuaba el realismo de Pinter, conservando su ambigüedad esencial.

Fue un ejercicio de danza-teatro, donde las mellizas desbordaron de sensualidad e ironía, e hicieron gala de su magnífica expresión corporal.

“Lo que más me gustó es que le faltaron el respeto al texto”, dijo Alejandro.

Estos muchachos son definitivamente iconoclastas, rebeldes, irreverentes, y si están estudiando con tanto esmero la academia, es para mejor hacerla explotar en un futuro muy cercano.

Anoche tuvimos la visita de Horacio, joven actor nicaragüense, ojalá que no lo hayamos intimidado y que regrese el próximo martes.

Wednesday, August 5, 2009

Niños kamikazes se explotan en escena con bombas de chocolate


¿Quién puede explicar la diferencia entre fantasía e imaginación?

Con esta pregunta comenzó el curso de anoche en la Alianza Francesa de Miami.

Cada actor dio una respuesta diferente.

Para Alejandro, la imaginación se desarrolla en el campo de los que están en escena, actuando, y va a proyectarse en forma de fantasía en la cabeza de los espectactadores.

Para Najah, la imaginación es la base de la fantasía, y la fantasía un estado avanzado de la imaginación.

Las mellizas Giraldo pusieron como ejemplo la relación imaginación-fantasía en el sexo, ratificando que pueden quitarle a Mayte su condición de sex-symbol del grupo.

Para Yes de la Cruz, una fantasía realizada es un sueño de menos.

Desde su lejana Rusia, Constantin nos dijo que la imaginación crea cosas que pueden existir o suceder, mientras que la fantasía crea cosas que no existen, no han existido, ni existirán.

Sin embargo, ¿quién sabe? Quizás esas cosas puedan existir un día.

Cuando la fantasía creó las alfombras mágicas, quién hubiera pensado que un día pisaríamos la luna.

¿Hay una relación causa-efecto entre la imaginación y la fantasía?

El ejercicio que siguió, aunque al principio no desbordó de imaginación, al final conmovió profundamente, arrancando una ovación sincera, de ésas que no se regalan por cortesía.

Un actor debía ir a escena y tomar una postura, como una foto, que correspondiera a una acción determinada.

Un segundo actor debía tomar la misma postura, y a partir de ella, proponer una serie de cuatro o cinco acciones que completaran la foto del primer actor. Una vez completadas sus acciones, el segundo actor se detendría, como en una foto.

Un tercer actor agregaría a la foto del segundo actor otras acciones que dieran más información sobre la historia de este personaje.

Hasta que pasaran todos los actores, el último sería el encargado de darle un final a la historia.

Fabiola fue la primera en venir a escena y propuso una foto de una mujer que había caído al suelo, y que miraba horrorizada algo o alguien que se le venía encima.

Los actores fueron pasando, construyendo, agregando, componiendo los pedazos terribles de la historia.

Yalis debía finalizar el ejercicio, pero Mid, que había pasado justo antes, había matado el personaje, dejándolo inerte en el suelo.

Todos pensamos que Mid había terminado el ejercicio antes de tiempo, dejando a Yalis sin poder dar un final digno de ese nombre.

Sin embargo Yalis se acostó, en la misma posición que Mid le había dejado, y todos vimos brotar el espíritu, el alma de la muerta, cuando Yalis se puso de pie y se quedó mirando el cadáver con tristeza.

De la imaginación de Yalis surgió una fantasía, un universo que nos conmovió a todos, por eso aplaudimos tanto.

Después llegó la hora de llevar más lejos la exploración de la relación fantasía-imaginación.

Y ahí fue donde vino el ejercicio de "La máquina de sacar leche", de Mid.

Un actor debía ir a escena e improvisar un gesto claro y repetitivo, acompañado de un sonido vocalizado. Un segundo actor debía conectarse sobre el gesto y la cadencia del primero, y crear una continuación, le seguiría un tercer actor, y un cuarto, y un quinto, hasta que todos se conectaran entre sí, conformando una gran máquina soplante, trepidante, con pistones y manivelas por doquier.

Se conformaron varias máquinas: "La máquina procesadora de engendros del año 2038", de Alejandro; "La maquina machacadora de testículos", de Carolina, y una que nos mató de risa: "La máquina de sacar leche", de Mid.

Al principio todos creímos que íbamos a ver la mecanización de una orgía, sin embargo, mientras más actores se sumaban al engendro, más compartimientos surrealistas surgían.

Se trataba de una gran máquina ordeñadora, pasteurizadora, envolvedora, procesadora, una locura estridente y sincopada.

Nos morimos de la risa y aplaudimos la certeza de haber compuesto poesía en el espacio.

Por la gracia absolutoria de la imaginación, nos convertimos en niños kamikazes, que se explotan en escena con bombas de chocolate.

En la segunda parte de la sesión leímos dos textos de Harold Pinter: "Disturbios en la fábrica" y el mundialmente conocido"El amante".

Entramos en Pinter con la suavidad de un caníbal que libara el huevo de un ángel, y pusimos "El Amante", entre los posibles textos a montar.

Al final, Najah nos comunicó que dejaría definitivamente el grupo, por razones personales, y toda la emoción de la velada tuvo un sabor menos dulce.

Se va Najah, como vino, con una aureola de magia en torno suyo, con su acento francés y sus ojos de Túnez, con su espiritualidad y su deseo de ser libre, como la geografía de su pájaro atrapado en el espacio.

Este jueves nos volveremos a ver, y quizás a Adi le regrese la voz.

Monday, August 3, 2009

Fiera crónica




Paulina Rubio acaba de lanzar un nuevo disco.

Al que coja por la cabeza se la parte.

Se llama “Gran City Pop”.

Gran de grande, city de ciudad y pop de popurri, que según el diccionario Larousse, es una composición formada de fragmentos o temas de obras musicales. Revoltillo, miscelánea, mezcla confusa.

En este disco Paulina viene con lo mismo de los ocho anteriores, pero de manera diferente.

Esta vez lo que ha cambiado es la estrategia de mercado.

Los productores le recomendaron que dijera que su música es simple, pero es poesía.

Y así lo dijo la diva mexicana en la conferencia de prensa:

“De las diez canciones del disco, yo escribí seis de las letras”.

Paulina escribió seis letras, y de las seis, la primera es la M y la última es la A.

La poesía de Paulina Rubio está a la altura de las grandes poetisas del continente, Sor Juana Inés de la Cruz y Gabriela Mistral, cuando se acuestan.

Analicemos los versos de su canción “Algo te di”:

“Cierro los ojos sin mirar atrás

Las cosas buenas pasan más y más

Y tus errores tienen la virtud

De hacerme mal”

Un gran poema: Paulina da la impresión de escribir con la misma voz que canta.

Una voz... destemplada.

La canción se llama “Algo te di”, y empieza por “cierro los ojos sin mirar atrás”.

O sea, que se trata de una entrega que ella hace con los ojos cerrados, para no mirar al que tiene detrás.

“Las cosas buenas pasan más y más”, aquí Paulina habla de la fluidez de lo
que le está pasando esa persona a la que no quiere mirar.

“Y tus errores tienen la virtud de hacerme mal”, aquí la poeta dice que aunque la persona se ha equivocado y a ella le duele, la cosa está buena.

Paulina Rubio más que una poeta es una "peota".

Así le gusta bailar y cantar: "en peota".

Incluso, confesó modestamente que, al igual que Michael Jackson, espera que su música sea un legado que siga escuchándose después de su muerte.

Paulina, quiero asegurarte que tu música se escuchará después de tu muerte, la prueba es que millones de gente piensan que eres una muerta y todavía se te oye.

El funeral nacional de Michael Jackson tuvo lugar en el Estadio Staples Center, tu funeral pudiera ser en el Estadio Nacional, para que se te destape el centro.

La diva suele compararse con el Rey del Pop en torno al "dolor de la fama":

"A mí también me han levantado calumnias, las calumnias de Michael lo llevaron a juicio; mi calumnia me ha llevado al masajista, porque me duele de tanto bailar".

Paulina Rubio es un ícono con el que se identifica gran parte de nuestra juventud.

La esperanza de muchos mexicanos, es que la "fiebre Paulina" sea más fuerte que la fiebre porcina.