Wednesday, August 5, 2009

Niños kamikazes se explotan en escena con bombas de chocolate


¿Quién puede explicar la diferencia entre fantasía e imaginación?

Con esta pregunta comenzó el curso de anoche en la Alianza Francesa de Miami.

Cada actor dio una respuesta diferente.

Para Alejandro, la imaginación se desarrolla en el campo de los que están en escena, actuando, y va a proyectarse en forma de fantasía en la cabeza de los espectactadores.

Para Najah, la imaginación es la base de la fantasía, y la fantasía un estado avanzado de la imaginación.

Las mellizas Giraldo pusieron como ejemplo la relación imaginación-fantasía en el sexo, ratificando que pueden quitarle a Mayte su condición de sex-symbol del grupo.

Para Yes de la Cruz, una fantasía realizada es un sueño de menos.

Desde su lejana Rusia, Constantin nos dijo que la imaginación crea cosas que pueden existir o suceder, mientras que la fantasía crea cosas que no existen, no han existido, ni existirán.

Sin embargo, ¿quién sabe? Quizás esas cosas puedan existir un día.

Cuando la fantasía creó las alfombras mágicas, quién hubiera pensado que un día pisaríamos la luna.

¿Hay una relación causa-efecto entre la imaginación y la fantasía?

El ejercicio que siguió, aunque al principio no desbordó de imaginación, al final conmovió profundamente, arrancando una ovación sincera, de ésas que no se regalan por cortesía.

Un actor debía ir a escena y tomar una postura, como una foto, que correspondiera a una acción determinada.

Un segundo actor debía tomar la misma postura, y a partir de ella, proponer una serie de cuatro o cinco acciones que completaran la foto del primer actor. Una vez completadas sus acciones, el segundo actor se detendría, como en una foto.

Un tercer actor agregaría a la foto del segundo actor otras acciones que dieran más información sobre la historia de este personaje.

Hasta que pasaran todos los actores, el último sería el encargado de darle un final a la historia.

Fabiola fue la primera en venir a escena y propuso una foto de una mujer que había caído al suelo, y que miraba horrorizada algo o alguien que se le venía encima.

Los actores fueron pasando, construyendo, agregando, componiendo los pedazos terribles de la historia.

Yalis debía finalizar el ejercicio, pero Mid, que había pasado justo antes, había matado el personaje, dejándolo inerte en el suelo.

Todos pensamos que Mid había terminado el ejercicio antes de tiempo, dejando a Yalis sin poder dar un final digno de ese nombre.

Sin embargo Yalis se acostó, en la misma posición que Mid le había dejado, y todos vimos brotar el espíritu, el alma de la muerta, cuando Yalis se puso de pie y se quedó mirando el cadáver con tristeza.

De la imaginación de Yalis surgió una fantasía, un universo que nos conmovió a todos, por eso aplaudimos tanto.

Después llegó la hora de llevar más lejos la exploración de la relación fantasía-imaginación.

Y ahí fue donde vino el ejercicio de "La máquina de sacar leche", de Mid.

Un actor debía ir a escena e improvisar un gesto claro y repetitivo, acompañado de un sonido vocalizado. Un segundo actor debía conectarse sobre el gesto y la cadencia del primero, y crear una continuación, le seguiría un tercer actor, y un cuarto, y un quinto, hasta que todos se conectaran entre sí, conformando una gran máquina soplante, trepidante, con pistones y manivelas por doquier.

Se conformaron varias máquinas: "La máquina procesadora de engendros del año 2038", de Alejandro; "La maquina machacadora de testículos", de Carolina, y una que nos mató de risa: "La máquina de sacar leche", de Mid.

Al principio todos creímos que íbamos a ver la mecanización de una orgía, sin embargo, mientras más actores se sumaban al engendro, más compartimientos surrealistas surgían.

Se trataba de una gran máquina ordeñadora, pasteurizadora, envolvedora, procesadora, una locura estridente y sincopada.

Nos morimos de la risa y aplaudimos la certeza de haber compuesto poesía en el espacio.

Por la gracia absolutoria de la imaginación, nos convertimos en niños kamikazes, que se explotan en escena con bombas de chocolate.

En la segunda parte de la sesión leímos dos textos de Harold Pinter: "Disturbios en la fábrica" y el mundialmente conocido"El amante".

Entramos en Pinter con la suavidad de un caníbal que libara el huevo de un ángel, y pusimos "El Amante", entre los posibles textos a montar.

Al final, Najah nos comunicó que dejaría definitivamente el grupo, por razones personales, y toda la emoción de la velada tuvo un sabor menos dulce.

Se va Najah, como vino, con una aureola de magia en torno suyo, con su acento francés y sus ojos de Túnez, con su espiritualidad y su deseo de ser libre, como la geografía de su pájaro atrapado en el espacio.

Este jueves nos volveremos a ver, y quizás a Adi le regrese la voz.

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