Saturday, July 11, 2009

Nada como una palanca de cambios


Un reciente sondeo nacional indica que los carros de cambios están desapareciendo.

Tal como ocurrió con el tocadiscos y los calzoncillos de pata larga.

Si usted todavía tiene un tocadiscos es porque seguramente es una persona romántica, que le gusta seducir a su mujer.

Si todavía usa calzoncillos de pata larga, seguro que su mujer entiende su romanticismo.

Mover la palanca ya no está a la moda.

En todo caso las mujeres dicen que les cuesta trabajo darle para arriba y para abajo mientras manejan.

Y eso sin dejar de pisar en el embrague.

Coge la palanca, muévela para arriba, pon la primera.

Pisa en el embrague, mueve la palanca para abajo, pon la segunda.

Pisa en el embrague, muévela para arriba, pon la tercera.

Vuelve a pisar en el embrague, muévela para abajo, pon la cuarta.

Antes de llegar a la quinta cualquiera se vuelve loco.

¿Se imaginan ese palanqueo con una mujer que tenga las uñas largas?

Una uña partida puede hacer más daño que unos dientes “encaramillados”.

Hay mujeres que preferirían cambiar las velocidades con los dientes, con tal que no se les parta una uña.

Resultado: prefieren la transmisión automática.

Todavía en 1985, más de 50 por ciento de los hombres decían que preferían los cambios.

Pero no se lo proponían a su mujer porque sabían que dirían que no.

El año pasado sólo fueron once por ciento, según investigadores del mercado, y las ventas apenas llegaron al siete.

Danielle Wilt, de 20 años y estudiante del York College, dijo que: "Una vez intenté conducir uno de cambios y cuando tuve que subir una pendiente desistí''.

Otras razones: las parejas en las que sólo uno sabe conducir con transmisión manual.

La competencia de los autos deportivos automáticos.

Y un número insuficiente de manos.

Sin embargo, Alexander Edwards, presidente de la División de Investigación de Vehículos en Oregón, aseguró que: “entre quienes les gusta manejar, no hay nada que pueda sustituir una transmisión manual''.

Varios expertos tienen la teoría de que los que piensan que manejar es un fastidio prefieren los autos automáticos porque les facilitan las cosas.

Por el contrario, otros piensan que los autos de cambios ‘‘obligan al chofer a participar en el proceso de conducir'' y a los entusiastas les gusta eso.

Yo les digo que ningún aparato automático puede suplantar una buena palanca.

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