Monday, January 24, 2011

Diario de un Loco o El Justo Tiempo Humano - Por Frank Dimas



"Diario de un Loco" de Nikolai Gogol, uno de los padres del realismo ruso, ha sido llevado al teatro en varias ocasiones.Tal vez el interés que ha despertado esta obra en algunos teatristas, obedezca a las posibilidades que nos ofrece desde el punto de vista psicológico un personaje que, en un largo cuento narrado en primera persona, nos da todos los perfiles necesarios para una buena puesta en escena y una excelente caracterización.




Ayer tuvimos el placer de asistir al estreno del monologo Diario de un Loco, esta vez dirigido por el director y también dramaturgo Yoshvani Medina, y defendido brillantemente por el actor de origen cubano Renato Campilongo. Renato con transiciones y movimientos precisos, correcto manejo de la proyección y del lenguaje, y una convincente interiorizacion del discurso dramático, se convierte en la manifestación de un hombre que se va deteriorando mentalmente, al tiempo que denuncia el estado físico- ambiental del mundo citadino que le rodea, ataca la mediocridad y se burla de los poderosos. La vida de Aksenti Ivanoniv está llena de los tormentos que puede sufrir un hombre en cualquier época. Es un personaje que contiene en su conformación muchos de los gestos de lo que hoy hemos dado en llamar posmodernidad literaria. Nos alegramos con el pero sufrimos su progresivo deterioro; la puesta que nos presenta Yoshvani también persigue y condiciona, sin regalar nada, que podamos vivir entre una y otra emoción; solo a través de matices vamos descubriendo, y con ello hilvanando, la historia de este hombre.




”Cada gallo tiene una España y la lleva debajo de las alas”, es el hallazgo que hace Aksenti en los momentos finales de la obra: una metáfora de la Crucifixión que el actor lanza sobre nosotros y clava en nuestros corazones; una metáfora que no solo deviene del absurdo de su mente, sino también de una realidad que el mismo denuncia; una metáfora cuyo estremecimiento trae consigo la necesidad de comprender al otro por encima de los valores que defienda, de la moral que practique. Yoshvani ha sabido insertar este clásico de la literatura dentro de las mejores tendencias del teatro que hoy se hace en el mundo. Apoyado como el escritor ruso en la perspectiva de un loco, logra convertir el cuento en una verdadera parodia contra el actual ejercicio de poder, la banalidad de las instituciones públicas y los intereses mezquinos. Monólogos como estos son los que la gente necesita en aras de comprender mejor, como decía Salvatore Quasimodo, “el justo tiempo humano” que nos ha tocado vivir.




Frank Dimas (Holguín, Cuba, 1966.) Escritor y profesor universitario. Ha publicado varios poemarios en Cuba y Estados Unidos. “Los poemas del cuerpo”, su nuevo libro, será publicado próximamente por la editorial norteamericana Eriginal Books.

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