Chávez apretó un poco más la tuerca en Venezuela.
Ahora le ha dado por quemar libros.
Es el mejor culto que un dictador pueda hacerle a una obra literaria: darle candela.
Y también el más grande honor que un pueblo pueda darle a un dictador.
Chávez acaba de censurar uno de los libros para niños más hermosos: “El principito”.
Es verdad que su autor es Saint-Exupéry, un francés, y Francia es uno de los cinco países capitalistas más industrializados del mundo.
Además, uno de los mensajes del libro es: lo esencial es invisible para los ojos.
Y en Venezuela hay millones de gente que no ha visto aún que aquello es una dictadura a la cubana, y que al horizonte lo que se ve es hambre y atraso.
También se ha censurado el libro “El misterio de la momia”, de Alfred Hitchcock.
Hitchcock es un autor inglés, país cómplice de los USA en su campaña belicista mundial.
Ya tenemos informes de la contrainteligencia nuestra sobre Alfred Hitchcock.
Hitch en inglés quiere decir tirón, y cock, es una manera vulgar de llamar el sexo masculino.
¿Quiere decir que ese escritorcito es un “tirador de sexo”, como Jayme Bayly?
¿Un homosexual depravado que se esconde en los baños públicos para hacer su domingo rojo?
No se puede olvidar la paliza que le dieron los ingleses en las Malvinas al hermano pueblo argentino, hoy dirigido heroicamente por la señora Kirchner.
Alfred Hitchcock está considerado a nivel mundial como “el maestro del suspenso”, y eso va contra la política educacional venezolana.
Si en vez de escribir sobre las momias estudiara más, seguro que no suspendiera tanto.
Además, un libro escrito por un autor enemigo, que se llame “El misterio de la momia”, debe traer implícito un ataque contra Fidel.
A mí me parece que es un espía o un envidioso, porque murió un 29 de abril como el traidor venezolano Juan Crisóstomo Falcón, y nació un 13 de agosto como Fidel.
Sus películas sólo hablan de Fidel: “El crimen perfecto”, “Trama macabra””, “Los Pájaros”, ese es sobre Raúl, y hasta una pornográfica: “La llamada fatal”.
Incluso tiene un documental sobre los pies de Fidel que se llama “Psicosis”.
Otro autor que presenta problemas ideológicos es el venezolano Arturo Uslar Pietri, con su libro “Lecturas para los jóvenes venezolanos”.
La juventud en Venezuela está perdida, sobre todo la que estudia en las Universidades, siempre anda en la calle protestando contra el gobierno bolivariano.
La juventud en Venezuela lo que tiene que leer es “El Capital” de Carlos Marx y Federico Ingle.
Que lean los discursos de Fidel, que lean los discursos de Evo, que es lo mismo que leer los míos.
Hermanos venezolanos, en Cuba también nos prohibieron los libros, pero los buscamos debajo de la tierra y los leímos.
Lo que nunca pudimos lograr fueron elecciones democráticas.
Ustedes sí.
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