Sunday, October 11, 2009

“El Acompañamiento”, un texto sublime actuado por actores en estado de gracia.


Este sábado se estrenó en el Teatro América la obra “El Acompañamiento”, ante una escuálida concurrencia de apenas veinte personas.

Al final parecía que los aplausos eran los de una sala repleta, la standing ovation fue general, unísona, conmovedora.

Un señor del público, que no había venido al teatro en largo tiempo y que no conocía los actores, ni la obra, ni los dueños del teatro, dijo unas palabras elogiosas para el espectáculo, por un momento los espectadores parecieron quedarse en apnea ante la intensidad de las palabras del hombre, y otro aplauso sobrevino y otra muchacha se animó a poner palabras sobre los sentimientos y sensaciones que los actores le hicieron experimentar.

El dueño del teatro, traicionado por la emoción, perdió la voz al decir unas frases finales de agradecimiento al elenco.

Y es que los actores Gualberto González y Osvaldo Stróngoli estuvieron en estado de gracia, entregando un par de personajes a medio camino entre la parsimonia de Chéjov y ia interioridad de Tennessee Williams, con un poco del mejor humor argentino, de la mejor música argentina, del mejor teatro argentino.

La puesta en escena se rigió por el axioma de que la técnica es todo lo que no se ve, y la mayor parte del tiempo “El Acompañamiento” da la impresión de que no tiene puesta en escena, es un universo realista, que propicia y alimenta la ilusión.

Quizás los buches de las gárgaras de Tuco, a veces nos recuerden que no es la vida, quizás a Stróngoli se le escape en algún momento el centro de gravedad en la postura de su personaje, pero el noventa y nueve por ciento del tiempo uno tiene la impresión de estar asistiendo a un universo impresionantemente humano.

El texto de la obra es un camino trufado de minas, que explotarán una a una en el corazón de los espectadores, hasta aniquilarlos emocionalmente con el último efecto de puesta en evidencia, que funciona preciso y que los dejó con la boca abierta y los ojos inundados.

“El Acompañamiento” encontrará su público la próxima semana, con la condición de que éste se entere que una tal obra está en cartelera.

Para ello, el nuevo equipo del Teatro América tendrá que adentrase en la jungla del marketing y la comunicación, con el mismo entusiasmo y talento con que se han lanzado al vacío espacio de la escena, para decirlo con Peter Brook.

Ningún medio será eficaz ni suficiente si no se inserta en una táctica y estrategia definida con anticipación.

¿Qué quiere el Teatro América?

Para sobrevivir como establecimiento nocturno, le bastará con atraer cualquier tipo de público que quiera gastar su dinero a cambio de pasar su tiempo en un lugar acogedor y limpio.

Para triunfar en la escena de Miami e imponerse como un teatro de referencia, tendrá que salir a seducir un público capaz de comprender la programación del teatro.

Identificarse es comprender, y para que el público comprenda y se identifique con un teatro, éste debe tener una programación fácilmente legible, comprensible e identificable para con ese público.

El Teatro América tendrá que asumir la emulación con una profesión que sangra, pero que tiene valía, tradición y muchísimo deseo, en esta temporada 2009-10, que promete ser un crudo excepcional para el teatro de Miami.

Hay una gran diferencia entre emular y estar en competencia: emulan los que toman un camino juntos y se las arreglan para llegar a donde quieren lo más rápido posible sin que el éxito de uno dañe el éxito del otro (estoy seguro que el éxito de "Chamaco", en el Teatro Trail, sólo puede hacerle bien a nuestra profesión).

Están en competencia los dealers, los bares y las tiendas, el teatro no es una botica sino un templo, y el Teatro América sólo puede estar en competencia consigo mismo, sólo debe tener el objetivo de ser cada día mejor que él mismo.

Por el momento la programación del Teatro América es variada: los viernes, un espectáculo de creación instantánea: “Esta noche se improvisa”; los sábados y domingos, una comedia dramática: “El Acompañamiento”; los jueves, un programa de participación de talentos: “La noche de Adrián”.

A primera vista la programación tiene una lógica, por el momento su coherencia y eficacia no están demostradas, y tendrán que serlo en un futuro inmediato.

Una cosa es cierta, cuando Osvaldo Stróngoli, director de “El Acompañamiento”, salió del América feliz de su triunfo artístico y un poco decepcionado por la poca cantidad de público que vino a verlo, pasó delante del Teatro Trail y vio una multitud de espectadores que salían de ver la obra “Chamaco”.

Stróngoli debió preguntarse por qué “El Acompañamiento” no encontró su público desde la primera función, como lo hizo “Chamaco”.

La respuesta, señoras y señores, el Teatro América deberá encontrarla muy pronto, antes que los reflectores de los medios no se le enfoquen directamente y sin piedad.

2 comments:

  1. Quien es el autor de la obra? donde se anunciaron?

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  2. El autor de la obra es el argentino Carlos Gorostiza. Se anunciaron donde habita el olvido.
    Yoshvani Medina.

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