Monday, October 12, 2009

"Esta noche se improvisa", espectáculo de un nuevo género: la creación instantánea.




Decir que “Esta noche se improvisa” es un simple espectáculo de improvisación sería reductor.

“Esta noche se improvisa” es un espectáculo que se escribe en el espacio al mismo tiempo que va sucediendo, lo que lo conecta con las más actuales tendencias escénicas y dramatúrgicas.

Idear un espectáculo que se crea al mismo tiempo que sucede es un reto que han asumido algunos de los grandes nombres de la escena mundial, como los barceloneses LA FURA DELS BAUS, en su polémico espectáculo “Obit”, o los belgas LA FABRIQUE IMAGINAIRE, con su sorprendente “Voyage 1er épisode”.

Se trata de que el espectáculo tome forma de manera imprevista, comprometiendo al público gradualmente hasta que el final dependa de su decisión.

Los nudos dramáticos son sugeridos por los espectadores, hay remates que se convierten en running gags, y toppers que se convierten en ganchos, porque en cualquier momento el público o el árbitro pueden darle un nuevo impulso a la historia, cambiándole la época, la locación o el estilo, introduciendo o sustrayendo personajes e, incluso, desplazando la acción hacia la sala, donde público y actores se mezclan en una escena inesperada.

Los actores de “Esta noche se improvisa” ni son humoristas ni hacen humor, la risa está omnipresente en el espectáculo porque el ser humano adora reírse y el show presupone conectar las pulsiones más profundas de los actores y los espectadores.

Pero ante todo son actores actuando un espectáculo de teatro, un espectáculo de creación instantánea, donde están presentes las composiciones escénicas, las alegorías, los efectos de deconstrucción, la ironía dramática, la parodia, el teatro dentro del teatro, el monólogo, el soliloquio, el monólogo interior, el quiproquo y donde se tiene el pudor de no hacer alarde de la técnica.

La risa es quizás la pulsión más agradable que se pueda experimentar, de la misma manera que el sexo, no por azar el público ha pedido tanto sexo: desde temas que han tenido que ver con la masturbación, el sexo entre homosexuales, las escenas de recién casados en luna de miel, el sexo en impesantez en el espacio, y otras situaciones descabelladas que implican relaciones sexuales.

Pero el público también ha pedido dramatismo, y cada vez que ha habido una escena dramática, la intensidad emocional se ha disparado en la sala.

La última vez un espectador pidió una improvisación sobre el monólogo de la Luna, de Lorca, y Vivi Rubi propuso un monólogo interior apasionante, servido con acento andaluz y acompañado de unos lagrimones veraces, un momento de puro teatro.

El "binólogo" sobre el origen de las razas, hablado por Yesler de la Cruz y mimado por Orlando Arias, fue uno de los momentos más brillantes que se han vivido en el show; el público, dominado por la vis cómica de Yesler y el apoyo mímico de Orlando, se dejó llevar en una espiral de risas condicionada por la avalancha de gags visuales y verbales de los actores.

El momento donde el árbitro ordenó a los actores perforar la cuarta pared e ir a componer una orgía colectiva con el público fue un momento increíble de complicidad, resuelto de una manera sorprendente.

Se sabe que un espectáculo así es diferente cada noche, pero su estructura pudiera ser la misma, otra de las características de “Esta noche se improvisa” es que hasta su estructura cambia cada vez, lo que tiene el don de divertir el público y aterrorizar ciertos actores.

Los actores de “Esta noche se improvisa” han vivido tantas situaciones difíciles, se han visto confrontados a tantos temas imposibles, que ahora, mientras más peliaguda es la situación, más les excita el desafío.

Para actuar en ese espectáculo hay que estar niño de remate, hay que ser un kamikaze teatral, un terrorista escénico, hay que llevar esta profesión en la sangre como una bendición y no como un oficio.

Estos actores no se han equivocado en el proceso: primero hay que vivir para esto antes de querer vivir de esto, es la única manera de terminar viviendo de esto, sin perder el respeto y la admiración de un público que sabe bien la diferencia entre la magia y los trucos.

En la imagen, de izquierda a derecha: Vivi Rubi, Osvaldo Strongoli, Catalina Arenas y Gualberto González, foto Carolina Lorusso.

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