Renato Campilongo lanzó un misil teatral tierra-tierra anoche, en el Festival del Monólogo de Miami, con su unipersonal “Diario de un Loco”, una de las obras maestras de la literatura rusa.
Una actuación in crescendo constante, matizada de un código gestual preciso; una dicción impecable, al servicio de una voz que surgió a partir de todos los resonadores.
Un dominio total de los movimientos escénicos, donde la limpidez de la ejecución emulaba con la efectividad del resultado; una vis cómica impactante, que transitó entre lo risible y lo patético.
Renato Campilongo confirmó todo el bien que se ha escrito sobre él a lo largo de este debut de temporada, desde que se estrenó el trabajo en el mes de enero.
El registro del actor cubano-italiano fue fiel al más tradicional estilo ruso: directo, contenido, parco, y poco a poco fue revelándose como un turbión de energía que envolvió la escena imponiendo un nivel de tensión emocional abrumador.
La noche había comenzado con un monólogo de Julie de Grandy: “Un pase a mejor vida”, negociado con sinceridad y mucha emoción por Orquídea Gil.
Orquídea y Julie se las arreglaron para demostrar todo el encanto de esas mujeres de edad cierta que que nos recuerdan la cierta humanidad que nos habita.
Fue una noche excepcional, una más de las generadas por el Festival del Monólogo de Miami, que ha presentado trabajos de primerísimo nivel, y que promete lo mejor para este fin de semana cuando irrumpan otros valores seguros de nuestra escena como Belkis Proenza, Isaniel Rojas, Vivian Morales e Ivette Viñas, en presencia del dramaturgo Jorge Carrigan, venido de Canadá para los estrenos en Miami de “Mary” y “El prócer”, dos de sus monólogos.
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Yoshvani, me haces dar envidia de vivir en Miami y no perderme todos esos banuetes teatrales y literarios de los que tu y tu publico disfrutan.
ReplyDeleteAdelante!
Adelante, mi santa!!!!
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