Una escenografía venida de un concierto de Led Zeppelin, con neumáticos pendiendo del techo, guitarras clavadas en las paredes, ciclorama en tres dimensiones y una Harley Davidson, modelo del centenario, en plena escena.
Una banda sonora original mezclando los más grandes hits de la historia del rock & roll, desde Los Beatles hasta U-2, pasando por AC / DC, Deep Purple, Queen, entre otros muchos iconos de los setenta, ochenta y noventa.
Una pléyade de intérpretes encendidos con el LSD del entusiasmo y la heroína Yenilen Mola, que apareció en traje de época, mezclando el desaliño de Janis Joplin con la impudicia de Cher, para acelerar un show que estuvo arriba desde el opening hasta el cierre.
Fumamos en el agua, subimos las escaleras al cielo, pusimos otro ladrillo en la pared, mordimos el polvo del atrevimiento y nos estremecimos juntos, mientras lloraban las guitarras de Midiala Rosales y Tonit Mir.
La poesía erótica sonó viril y perspicaz, como un acorde de Jimi Hendrix, en las voces de la talentosa colombiana Beatriz E. Mendoza, que volvió a mostrarnos un pelín de “Esa parte que se esconde”; del profesor Frank Dimas, que nos enseñó “La Vulva”, de “Los poemas del cuerpo”; de la versátil Xiomara Pagés, que nos versó su rosa; del gran poeta nicaragüense Fran Larios, que fue directo al punto; de la poeta colombiana Ximena Gómez, que acopló un haiku con el vértice de un pubis, y del joven poeta cubano Joan Vega, que estuvo a punto de encajar una R de amor en el mismísimo centro de su apellido.
El escritor, poeta y humorista cubano Orlando Ignacio nos recetó un texto de esos que sólo él tiene el secreto, que nos hizo reír y al mismo tiempo admirar el arte de urdir las palabras, como una divergencia entre la literatura y la mecanografía.
Todo comenzó con un noticiero satírico-erótico, escrito y conducido por los poetas Fernan Hernández y Mariela B. Camps, que sembraron el estigma de la burla y la carcajada desde el principio.
El performer cubano Rubén Romeu vino a clavar más profundamente el aguijón del humor, interpretando una canción que defendía el medio (ambiente) y que el público vitoreó y aplaudió en empatía con el ambia ambientoso ambientalista.
Los números de comedia se mezclaban con las canciones de rock & roll, la voz atiplada y tierna de Midiala Rosales se alternaba con el cantar acariciante y templado de Tonit Mir, y los poetas servían de enlace a la mixtura.
Entonces llegó la actriz y presentadora Bárbara Mosquera y accionó la bomba de la stand-up comedy. Bárbara mostró un fragmento del unipersonal que estrenará el mes que viene en ArtSpoken, donde habla, sin pelos en la lengua, del sagrado oficio de ser mujer.
Para coronar esta bacanal llegó el actor colombiano Orlando Arias, al filo de la medianoche, sacó una espectadora del público y consumó el viaje de luna de miel más trepidante de la historia de los enamorados.
Orlando Arias y la espectadora flotaron frente a los ojos del público, se pasearon en moto a una velocidad desconcertante, asaltaron a beso armado el banco de las flores y terminaron sembrándolas en las huellas que las gomas dejaban en el aire.
Yenilen Mola fue al casino mayor y lo apostó todo a la ruleta de lo sorprendente, de lo maravilloso, de lo conmovedor, sacándose de la manga, una a una, las cartas de triunfo.
El conocido actor brasileño Alberto Danuzio, en su función de animador invitado, le dio ritmo y vitalidad al espectáculo.
El joven actor Pablo Guillén, revelación del espectáculo “Esta noche se improvisa”, le dio fluidez y clase al personaje del barman, que es muy importante en la mecánica del espectáculo, a pesar de dar la impresión de que está ahí para llenarles la boca de fresas y champagne a los poetas.
En el público se encontraban personalidades de la escena de Miami como la diva mexicana Rosalinda Rodríguez (Telemundo-NBC), Premio Maimi Life Award a la mejor actriz de teatro del año; Daisy Carrazana, membership chair del Miami Gay & Lesbian Film Festival; la actriz peruana Esther Chávez Constantino, inolvidable intérprete del personaje Mamá Dolores, de la telenovela “El derecho de nacer”; el talentoso actor cubano Carlos Brito, la comediante venezolana María Cecilia Oduber, la exitosa actriz Myriam Amanda (“Yerma”), que leyó un hermoso poema; Francis Argüelles, presidenta del Club de Literatura de Hialeah,o el actor y director cubano Valentín Álvarez-Campo, entre muchos otros.
Fue una orgia multinacional por la avidez, por la esperanza de tener un día a los poetas en el sitial que se merecen: en el pedestal de los seres más importantes de la sociedad, porque una sociedad que no reconozca, que no agasaje, que no escuche a sus poetas, siempre será una sociedad abandonada a vulgaridad y a la ignorancia.
Que todos los poetas y amantes del arte en la ciudad lo sepan: La Noche de la Poesía Erótica surge como la luna llena, una vez al mes, en los predios de ArtSpoken, como una convocación a la fiesta de estar vivos, quien se quede afuera no es por no haber sido invitado.
Próxima Noche de la Poesía Erótica, sábado 4 de Junio, reservaciones al 305 588 8117.
